Habitualmente, hablo de los beneficios que conlleva entrenar fuerza, desde la salud más básica hasta la recomposición corporal.
Donde no es tan común escuchar opiniones, es en cómo una rutina que te exige físicamente, te puede ayudar en el plano mental.
Sí, ser más fuerte a nivel muscular te puede ofrecer también mayor fortaleza para lidiar con el estrés o con situaciones cotidianas.
Un ejemplo.
Alguien que no haya tocado una mancuerna en su vida, se apuntará al gimnasio y a los pocos días le dolerán hasta las uñas de los pies.
Cada serie de sentadilla es un infierno.
No termina.
Cuando cree que ya aplica una intensidad suficiente, se da cuenta de que no es así. En la siguiente sesión lo supera.
Y en la siguiente también.
Y en la siguiente.
¿Qué quiere decir esto?
Que hace semanas cuando empezó, no era ni la mitad de fuerte que lo es ahora.
Su mente es capaz de luchar más cada repetición.
No se rinde tan fácilmente.
Cuando la cabeza dice no, él dice sí.
¿Te ha pasado esto?
Si has experimentado mayor capacidad de lucha en el tiempo que llevas entrenando, enhorabuena.
No solo has mejorado tu salud y tu físico.
Ahora tu mente está en un nivel superior.
Iván
Pd: Hace unos días grabé un podcast acerca de cómo mostrar un cambio físico en redes vende mil veces más que hablar de la mejor forma de plantear un programa de entrenamiento.
Puedes escuchar el episodio completo desde aquí.
Espero que te guste. 😉